José Luis Corral, historiador: "La relación del indio Gerónimo con España se ha diluído por intereses políticos; hablaba español y los mexicanos le dieron el nombre"
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La figura del indio Gerónimo, un clásico del imaginario colectivo gracias al cine y las novelas, ha sido analizada en el programa 'Poniendo las Calles' de la Cadena COPE. Carlos Moreno 'El Pulpo' ha conversado con el historiador José Luis Corral para desentrañar la verdadera historia de este mítico personaje, cuya biografía, según el experto, ha sido "bastante desenfocada, como suele ocurrir tantas veces, sobre todo con el cine de Hollywood".
En realidad, Gerónimo fue un jefe de la tribu apache de los chiricahuas, nacido en 1829. Su nombre indígena era Goyalé, que significa "el que bosteza". Según Corral, era un "personaje miembro de una de la aristocracia de esta tribu", que tuvo una "vida absolutamente fascinante" que merece ser contada sin los filtros que han distorsionado su legado.
La vida de Gerónimo da un vuelco con la llamada 'Fiebre del Oro' en la década de 1840. La llegada masiva de colonos desde el centro y este de Estados Unidos en busca de oro a California y las Montañas Rocosas supuso la invasión de los territorios apaches. Este hecho provocó un "enfrentamiento entre los colonos y algunos apaches que colaboran con los colonos, y los apaches, en concreto la gente de Gerónimo, que quieren resistir a esta invasión".
Lejos de la imagen de bandido que ha proyectado la ficción, Corral lo define como "un resistente". Su lucha no fue por codicia, sino por supervivencia, después de que su primera mujer y sus hijos fueran asesinados por los colonos. "Te invaden tu tierra, te quitan tu modo de vida, asesinan a tu familia, te violan. Bueno, pues él resistió", ha sentenciado el historiador.
Gerónimo se negó a ser confinado en el sistema de reservas, donde los apaches "vivían de una forma miserable". En su lugar, organizó una guerrilla para defender a su pueblo. Fue un "guerrero atrevido, muy hábil en las emboscadas", que lideró una "guerra de guerrillas para defender su tierra". Corral insiste en que "en realidad lo que estaba haciendo era defender su tierra", una perspectiva opuesta a la que suele aparecer en las películas norteamericanas.
Uno de los aspectos más sorprendentes de su biografía es su vínculo con España, una relación que, según Corral, "se ha diluido bastante por intereses políticos". Gerónimo fue educado en un territorio fronterizo que fue español hasta 1822. Toda la zona de California o Nuevo México estaba llena de misiones de franciscanos y jerónimos. Fueron los mexicanos quienes le dieron su nombre hispano.
Lo más revelador es que "Gerónimo hablaba español", como lo hacían otros líderes nativos de la época, tal y como se ha contado en artículos de COPE.es. Lo aprendió por el contacto con los españoles durante su juventud en la frontera. Era, por tanto, un "hispanoparlante", un hecho que desmonta gran parte de la iconografía creada a su alrededor.
La prueba definitiva de su hispanidad es que, al final de su vida, cuando fue capturado por el ejército estadounidense, dictó sus memorias a un capitán norteamericano que sabía español. José Luis Corral destaca el hecho de que "las memorias las dicta en español nada más y nada menos", y este militar las tradujo posteriormente al inglés.
Gerónimo combatió tanto a los mexicanos como a los estadounidenses, a todos "aquellos que, de alguna forma, estaban violando lo que era su propiedad, sus derechos y todo lo que eran los derechos ancestrales de esta tribu". Mantuvo su guerra de guerrillas durante años, con un conocimiento extraordinario del terreno que le dio un "aura de guerrero casi indomable e invencible".
Finalmente, como en tantas otras historias, "acabó siendo traicionado". Corral explica que fueron "algunos exploradores apaches, gente de los suyos", quienes actuaron como cazarrecompensas a cambio de dinero del gobierno de Estados Unidos para apresarlo mediante un engaño, un hecho que contrasta con el reconocimiento que se le ha dado a sus descendientes en lugares como Santa Fe (Granada) por la defensa de la Hispanidad.
Tras varias fugas y persecuciones, fue rodeado en 1886. El gobierno norteamericano empleó a "20.000 soldados nada más y nada menos para perseguir a Gerónimo, que llevaba solo 20 guerreros". Una desproporción que lleva a Corral a afirmar: "yo no creo que hay una una guerra más desproporcionada en la la historia de la humanidad".
Una vez capturado definitivamente, fue llevado preso por Florida, Alabama y Oklahoma. Su final fue lamentable, siendo exhibido "como una especie de de muñeco de feria" en espectáculos donde se recreaban batallas del Lejano Oeste.
Los últimos años de su vida transcurrieron en la miseria. El gran guerrero apache "acabó sumido en el alcoholismo" y falleció como "un hombre ya mayor, anciano, perdido, borracho, en unas condiciones lamentables".
Para José Luis Corral, es fundamental "desmontar las falsedades que se han hecho sobre España", sin caer en la leyenda negra ni en una edulcorada leyenda rosa. El trabajo del historiador, concluye, es "poner los puntos sobre las íes a partir de una documentación y de un trabajo riguroso y preciso".




